March 20, 2010
Acerca de la gran omisión de Matías Rafide
Jaime González Colville
Desde 1938 en que publicó Mar de Caracoles, la dedicación de Samuel Maldonado Silva a las letras se acerca ya a los cuarenta años. Ha creado sin alardes, sin vocear su condición de escritor, quizás debamos decir que su característica sea el retraimiento y la no-ostentación.
de la piel tan sedosa del durazno.
Suena a corazón, a alma de desbordada sensibilidad, se ha depurado su acento desde Ronda de Ansias de 1946, aunque persiste un cierto sabor surrealista y una visión sosegadamente optimista de la vida.
y quisiera también deciros, niña,
Como Villaespesa que pide ternura para lo que rodea al hombre, Maldonado Silva identifica a su amor con la maravilla de la creación, resabios mundonovistas en que nuestro coterráneo Francisco Contreras, fue un teorizador.
allí está la casa antigua
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La gran omisión de Matías Rafide fue tomada con modestia por el afectado
Samuel Maldonado Silva
“Es cierto que nací en Valparaíso y llevo poco mas de 40 años en Linares, donde he publicado mis novelas y mis libros de poesías. en una antología de Valparaíso, un escritor no me consideró en su libro, pues estimó que yo era linarense, aquí en la región del Maule Matías Rafide no me toma en cuenta, pues dice que soy de Valparaíso…”
Solamente una incomprensión de Rafide, a quien le dedicaron esta crítica:”el reciente libro de Matías Rafide “Diccionario de autores de la región del Maule”, comete la injusticia literaria, premeditada o no, de omitir la inclusión del escritor, poeta y periodista, Samuel Maldonado Silva, cuya obra literaria la ha escrito y publicado en Linares, desde 1938”.
Cantos para soledad
SANTIAGO, La Nación, Junio de 1962
Osvaldo Montero
La poesía de Maldonado Silva posee esa nostalgia marina que llevan interiormente todos los nacidos junto al mar y que tienen que caminar tierra adentro, buscando sus destinos. Ese animal líquido – retumbante e incansable – con el lomo lleno de barcos, ese que contempló el poeta en su infancia, cuando acuñaba sus sueños en los barandados, frente a la bahía de Valparaíso, se hace presente en su libro Cantos para Soledad. Allí la conjugación de aves marinas, peces y arboladuras. La poesía de Maldonado Silva, es una poesía sin pretensión mensajera, pero en cambio, posee una considerable riqueza didáctica. Es un canto del recuerdo por el cual, el poeta se desenvuelve y trata de apreciar, atenuar y sugerir su condición humana.
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Homenaje del Grupo ANCOA
Linares, El Heraldo, sábado 10 de septiembre de 1988
Así se denominó el homenaje que el miércoles pasado ofrecieron el Grupo Ancoa y la Biblioteca Pública de Linares al periodista y poeta Samuel Maldonado Silva, ampliamente conocido en la zona, que falleciera en febrero del presente año.
Las entidades organizadoras quisieron, de este modo, hacer un recuerdo de quien durante casi cincuenta años entregara sus mejores esfuerzos a campañas de bien público, en su calidad de periodista, y por otra parte deleitara a los amantes de las letras con su poesía.
En su oportunidad intervinieron el Director de El Heraldo, Enrique Gutiérrez M., para referirse a la vida periodística de Samuel Maldonado; el pintor Pedro Olmos, quien compartió con Maldonado muchas jornadas en el periódico Sucesos y en los comienzos del Grupo Ancoa; Federico Zendher Pizarro, en nombre del Rotary Club de Linares y finalmente Manuel Francisco Mesa Seco, para analizar la obra poética de Maldonado.
La actividad del miércoles, que contó además con la participación del cantautor linarense Juan Carlos Benítez, finalizó con la lectura de algunos poemas de Samuel Maldonado Silva por parte de su hijo Samuel Maldonado de la Fuente.
Entre los numerosos asistentes al homenaje se encontraban presente los familiares de Samuel Maldonado Silva.
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Poeta porteño JUAN MEZA SEPULVEDA ante el fallecimiento de Samy
El Mercurio de Santiago, 1988
Hondo pesar ha causado la muerte del conocido y prestigioso maestro y padre del periodismo linarense, Samuel Maldonado Silva, acaecido recientemente.
Maldonado Silva nació en Valparaíso, pero su vida y trayectoria periodística la desarrolló integralmente en Linares, específicamente en Radio Soberanía, emisora en la cual prestó servicios profesionales por casi 40 años. Fue corresponsal del Diario El Mercurio de Santiago y, además, trabajó por más de dos décadas en El Heraldo de la sureña ciudad.
Descolló en la poesía y la novela, publicando entre otros volúmenes Mar de Caracoles, Ronda de Ansias, En Tinieblas anda el Hombre, El Ambito Silencioso, Poemas a cuatro voces, Amenas y Substanciosas reflexiones del arte del buen manducar en Panimávida, Cantos para Soledad y culmina su obra con el libro Yendo hacia la noche.
Maldonado Silva sintió un inmenso cariño por Linares y una indisimulada nostalgia por Valparaíso, su tierra natal.
Hoy, tras de sus restos virtuosos no vemos pendones llorosos, sino un murmullo, mixtura de bandales gavioteros y pajaradas campestres y, orando silenciosa, la evidencia de ese, su laborar tan brillante y fecundo. Y, ese es el sueño de su vida, que el viento linarense puebla cada mañana, lo echaría de menos, como ya lo echamos de menos los porteños, sus amigos de Valparaíso que bebimos de su ardoroso batallar periodístico y poético.
Samuel Maldonado Silva; Bendita sea la tierra donde quedaron esparcidas tus cenizas y que el viento, tu perenne amigo de inquietudes, sabría diseminar en los terrales grávidos de tu amistad imperecedera.
Conviene señalar que, precisamente el día de su muerte, Samuel había dado forma a un poema. Al leer ese manuscrito se distingue lo siguiente: para que querer la muerte sí ya estoy sin vida vagando en las huellas de la noche…Está escrita en las líneas de mi mano, mi existencia milenaria en los días que agonizan cada noche (fragmento).
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